La Semana Santa

He de reconocer que sólo me gusta ir a ver las procesiones por la música, en especial por los tambores, que cada año parecen cambiar los ritmos base de las marchas y me llenan de energía al escucharlos. A lo mejor les parece una blasfemia que hable tan claro. Tras ver a mi hermano haciendo de Judas, en el Jesucristo Superstar que representó antes de las vacaciones, no me apetecían más festejos, pero no podía aguantarme las ganas de escuchar 'buena música', así que decidí ir este año a ver todas las procesiones.
Craso error. No puedo asistir a estas ocasiones especiales para las masas. No soporto estar escuchando chicles, pipas, caramelos, ni la peste del tabaco. ¿Qué tiene eso de penitencia? Ahí no había 'casi' nadie que estuviera haciendo análisis de conciencia. ¿No se supone que la Semana Santa es para eso precisamente? ¿Para recordarnos a los cristianos el sacrificio de Jesús por todos nosotros? Ya no es sólo porque los padres no enseñan a comer con 'decoro' a sus hijos, cerrando la boca, no, ni porque la gente empalme cigarrillos, sin dar casi tiempo a que se agote el anterior, es por la hipocresía reinante en todo el recorrido.
'Vestirse de seda' no hace al mono estar a tono con la situación. ¿De qué sirve ponerse un traje carísimo como si estuvieras de boda, si tu actitud es totalmente irrespetuosa? Casualmente, la gente que los cánones actuales considerarían 'indeseables', o aquella que iba vestida acorde con el clima y no con 'el protocolo', era la que parecía ser más cristiana y respetuosa con la procesión que los otros.
Puede parecer que no tiene nada que ver con la Economía. Me estoy desviando del objetivo primordial de este blog. Pero si se fijan, en el fondo, aquí en Andalucía, la Semana Santa y la Feria mueven a la Economía durante todo el año. Se ha generado trabajo para montar los palcos, los vendedores ambulantes han 'hecho su agosto' (incluso lloviendo), las tiendas de telas para los trajes de penitente por ejemplo, también han estado bastante ocupadas tiempo antes de las procesiones, los trabajadores de la cera ya ni les digo, para hacer los adornos de flores que llevan los palios, los que trabajan las madera de los pasos, los restauradores para poner a punto las figuras que van en los pasos, ... En el caso de la feria igual, pero ya hablaré de ella cuando llegue la mía.
¡PERO! También frena bastante a la economía, todo el mundo pensando en que es fiesta, está sin ganas de trabajar, pensando en las procesiones, con lo que al final, incluso rechazan trabajos que les urgen porque no van a poder tenerlos en el tiempo que les piden, 'por culpa de la Semana Santa'. Esto, señores, es un ejemplo real. La gente normalmente sabe que no se hace nada los viernes porque ya se está pensando en el finde, y cuando hay días de fiesta de por medio, pasa igual. Si yo tengo un negocio, teniendo en cuenta que la mayoría de las procesiones son por la tarde, incluso si yo salgo en una procesión, ¿Por qué tengo que dejar de trabajar una mañana? Si tan pocas ganas hay de trabajar, cierro el negocio o lo vendo a alguien que lo aprecie de verdad. Se supone que tengo una empresa porque quiero y porque me gusta. Me tendrían que echar a patadas de mi local. Los chinos estaban abiertos el Viernes Santo por la tarde. ¿Sacrilegio? Tienen claro que quieren ganar dinero, si va a haber mucha gente en la calle, yo aprovecho lo que pueda salir y abro, no que te encuentras todo el centro cerrado aún a media mañana, o los domingos, o incluso a la hora de la comida.
¿Es tan raro querer a provechar y abrir en los horarios en que la gente que trabaja en oficinas estará libre para poder ir a comprar? Cuando los demás están libres es cuando van a poder ir a ver tu negocio.

Un abrazo a todos,
NEGA.